Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento

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“Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento […]” Bula Misericordia Vultus, nº 15.

Alimentarse es la primera necesidad que los seres humanos debemos tener cubierta para poder realizar todo lo demás. En una sociedad como la actual azotada por la crisis económica, se está volviendo tristemente normal imágenes de personas haciendo colas en comedores sociales o en oficinas de Cáritas donde la distribución de alimentos ha cobrado protagonismo.

Jesús se identifica con aquel que pasa hambre y nos dice que el Reino de su Padre está abierto a aquellos que se conmueven y dan de comer al hambriento. Y es que la misericordia es eso, sentir las miserias del otro y como consecuencia de esa compasión ayudarlo y auxiliarlo.

Reflexionando sobre esta obra de misericordia, la Hermandad del Prendimiento ha querido dotar de significado el Besapiés Extraordinario de su Sagrado Titular con la recreación de esta alegoría de la misericordia.

En la capilla que habitualmente ocupa Nuestro Padre Jesús del Prendimiento se pueden ver las imágenes del grupo escultórico de San Juan y Santiago; el primero en actitud suplicante con un cuenco en la mano, el segundo con una jarra de agua dispuesto a saciar la sed y el hambre con el pan que ha depositado a sus pies.

Es importante que no sólo durante este año, sino que en nuestro día a día tengamos presente esta obra de misericordia sobre la que reflexionamos en el día de hoy.

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber” Mt 25, 35.

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